Andi nació en 2001 en Oregón, ha tenido el honor (¿dudoso?) de ser el primer primate no humano transgénico.
Su aspecto es normal, pero su mapa genético está manipulado y expresa un proteína que lo hace fluorescente bajo rayos ultravioleta (la GFP= green fluorescent protein, extraída de un tipo de medusa).
Aunque esta modificación no tienen ningún tipo de aplicación terapéutica ni sirve para estudiar ninguna enfermedad, es la prueba de que la introdución de genes de otras especies es posible en primates. Y si es posible en monos, también podría ser en humanos.
Aunque el uso de primates transgénicos no es demasiado factible a nivel experimental: hay un porcentaje muy bajo de éxitos, son caros de mantener y sus ciclos repruductivos son más lentos que el de los ratones (la especie más utilizada).
Andi quiere decir (ADN inserto).
jueves, 14 de febrero de 2008
domingo, 10 de febrero de 2008
Obediencia a la Autoridad
En los años 60 Stanley Milgram realizó un experimento sobre los factores que impulsan al hombre a seguir órdenes por muy amorales que sea. La idea del experimento surgió de los juicios a los responsables del Holocausto judío, ¿cómo hombre normales, sin patología psiquiátrica, eran capaces de torturar inocentes?
Para realizar su experimento pueso un anuncio en el períodico pidiendo voluntarios para participar en un experimento sobre aprendizaje y memoria.
A aquellos que fueron aceptados se les dijo que participarían en un experimento en que se valorarían los efectos del castigo sobre el aprendizaje, y que ellos serían los "profesores" mientras que otro individuo (un cómplice de Milgram) sería el "alumno".
El "alumno" se situaba en una habitación, atado en una silla y con electrodos repartidos por el cuerpo, y el "profesor" en la habitación contigua. El "profesor" debía hacer preguntas al "alumno" y si éste no contestaba bien administrarle una descarga eléctrica mediante un aparato conectado a los electrodos. A medida que el número de fallos aumentara la intensidad del choque eléctrico también, desde una intensidad mínima de 15voltios a la máxima de 450voltios (que se avisió que era letal). Pese a que no pueden verse, el "profesor" puede oir al "alumno" al otro lado de la pared (al ser el "alumno" un cómplice del investigardo, en realidad no recibía ninguna descarga, pero ésto los "profesores" no llegaron a saberlo hasta finalizado el experimento). Durante todo el proceso el experimentador estaba en la misma sala que el "profesor" supervisando el proceso.
Expertos sobre conducta fueron consultados antes de que el experimento se realizara y todos pronosticaron que ningú individuo llegaría a administrar descargas dolorosas, sólo aquellos que estubieran mentalmente pertubados y tuvieran rasgos psicópatas.
El experimento empezaba y el "alumno" iba fallando respuestas de forma que la intensidad del castigo aumentaba. A partir de una cierta intensidad el "alumno" empieza a quejarse: grita, golpea, pide que pare el experimento, dice que está enfermo del corazón,... dando señales de sufrimiento intenso. A partir de los 300voltios el "alumno" deja de responder a cualquier pregunta.
Cuando el "profesor", alarmado por el sufrimiento del "alumno" y por el hecho que deje de responder, se dirige al investigador para preguntarle sobre si ayudar otro sujeto o parar el experimento, éste únicamente responde con frases como: "El experimento debe continuar" o "Continue, por favor". Para ver imágenes del experimento:
http://es.youtube.com/watch?v=g4e3hi6uwM8
http://es.youtube.com/watch?v=jcXb1aQruwI
Sorprendentemente el 65% de los "profesores" llegaron a la intensida máxima de descarga, pese a que al hacerlo estaba incómodos y manifestaban su descontento al experimentador por lo que estaban haciendo. El perfil de los sujetos que llegaban al castigo máximo era muy heterogéneo: hombre de cualquier edad, nivel económico o estudios.
Cuando se les preguntó porque lo hicieron, pese a no estar deacuerdo decían que ellos recibían órdenes y que el responsable final de todo era el experimentador.
El experimento se repitió variando ciertas variables, pero el resultado siempre fue el mismo.
Es decir, el experimento de Milgram demostró que somos capaces de hacer cualquier cosa, siempre que podamos atribuir la responsabilidad de nuestros actos a otro.
El experimento original, así como sus variantes, pueden leerse en el libro publicado por Milgran titulado Obediencia a la autoridad.
Para realizar su experimento pueso un anuncio en el períodico pidiendo voluntarios para participar en un experimento sobre aprendizaje y memoria.
A aquellos que fueron aceptados se les dijo que participarían en un experimento en que se valorarían los efectos del castigo sobre el aprendizaje, y que ellos serían los "profesores" mientras que otro individuo (un cómplice de Milgram) sería el "alumno".
El "alumno" se situaba en una habitación, atado en una silla y con electrodos repartidos por el cuerpo, y el "profesor" en la habitación contigua. El "profesor" debía hacer preguntas al "alumno" y si éste no contestaba bien administrarle una descarga eléctrica mediante un aparato conectado a los electrodos. A medida que el número de fallos aumentara la intensidad del choque eléctrico también, desde una intensidad mínima de 15voltios a la máxima de 450voltios (que se avisió que era letal). Pese a que no pueden verse, el "profesor" puede oir al "alumno" al otro lado de la pared (al ser el "alumno" un cómplice del investigardo, en realidad no recibía ninguna descarga, pero ésto los "profesores" no llegaron a saberlo hasta finalizado el experimento). Durante todo el proceso el experimentador estaba en la misma sala que el "profesor" supervisando el proceso.
Expertos sobre conducta fueron consultados antes de que el experimento se realizara y todos pronosticaron que ningú individuo llegaría a administrar descargas dolorosas, sólo aquellos que estubieran mentalmente pertubados y tuvieran rasgos psicópatas.
El experimento empezaba y el "alumno" iba fallando respuestas de forma que la intensidad del castigo aumentaba. A partir de una cierta intensidad el "alumno" empieza a quejarse: grita, golpea, pide que pare el experimento, dice que está enfermo del corazón,... dando señales de sufrimiento intenso. A partir de los 300voltios el "alumno" deja de responder a cualquier pregunta.
Cuando el "profesor", alarmado por el sufrimiento del "alumno" y por el hecho que deje de responder, se dirige al investigador para preguntarle sobre si ayudar otro sujeto o parar el experimento, éste únicamente responde con frases como: "El experimento debe continuar" o "Continue, por favor". Para ver imágenes del experimento:
http://es.youtube.com/watch?v=g4e3hi6uwM8
http://es.youtube.com/watch?v=jcXb1aQruwI
Sorprendentemente el 65% de los "profesores" llegaron a la intensida máxima de descarga, pese a que al hacerlo estaba incómodos y manifestaban su descontento al experimentador por lo que estaban haciendo. El perfil de los sujetos que llegaban al castigo máximo era muy heterogéneo: hombre de cualquier edad, nivel económico o estudios.
Cuando se les preguntó porque lo hicieron, pese a no estar deacuerdo decían que ellos recibían órdenes y que el responsable final de todo era el experimentador.
El experimento se repitió variando ciertas variables, pero el resultado siempre fue el mismo.
Es decir, el experimento de Milgram demostró que somos capaces de hacer cualquier cosa, siempre que podamos atribuir la responsabilidad de nuestros actos a otro.
El experimento original, así como sus variantes, pueden leerse en el libro publicado por Milgran titulado Obediencia a la autoridad.
Etiquetas:
libro,
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psicología social,
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video
sábado, 2 de febrero de 2008
Estimulación hipotalámica: ¿Parando el Alzheimer?
Un equipo de médicos de canadiense han descubierto por casualidad un método para estimular la memoria.
Decidieron implantar electrodos de estimulación en el hipotálamo de un paciente con obsesidad mórbida con el objetivo de actuar sobre los centros de saciedad y frenar su ingesta de alimento.
Mientras realizaban la implantación se dieron cuenta que la estimulación producía la evocación de recuerdos de juventud del paciente. A medida que aumentaban la estimulación los recuerdos eran más vívidos (aunque si la estimulación era demasiado intensa producía malestar).
En vista a estos resultados se le practicaron diversas pruebas, en las cuales se observó que este paciente mejoraba en aquellas que requerían la participación del hipocampo.
Analizando estos resultados, así como comprobando mediante técnicas de neuroimagen funcional qué áreas se activaban durante la estimulación, llegaron a la conclusión que la estimulación hipotalàmica también estimulaba colateralmente el hipocampo y corteza parahipocampal.
Así que el efecto no es debido a la estimulación directa del hipotálamo, si no de las zonas adyacentes.
Los investigadores han decidido seguir evaluando el potencial de esta estimulación sobre la memoria, para lo que han iniciado un estudio piloto con pacientes de Alzheimer.
Decidieron implantar electrodos de estimulación en el hipotálamo de un paciente con obsesidad mórbida con el objetivo de actuar sobre los centros de saciedad y frenar su ingesta de alimento.
Mientras realizaban la implantación se dieron cuenta que la estimulación producía la evocación de recuerdos de juventud del paciente. A medida que aumentaban la estimulación los recuerdos eran más vívidos (aunque si la estimulación era demasiado intensa producía malestar).
En vista a estos resultados se le practicaron diversas pruebas, en las cuales se observó que este paciente mejoraba en aquellas que requerían la participación del hipocampo.
Analizando estos resultados, así como comprobando mediante técnicas de neuroimagen funcional qué áreas se activaban durante la estimulación, llegaron a la conclusión que la estimulación hipotalàmica también estimulaba colateralmente el hipocampo y corteza parahipocampal.
Así que el efecto no es debido a la estimulación directa del hipotálamo, si no de las zonas adyacentes.
Los investigadores han decidido seguir evaluando el potencial de esta estimulación sobre la memoria, para lo que han iniciado un estudio piloto con pacientes de Alzheimer.
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