(...)Aunque no admite la existencia de un cerebro de hombre y otro de mujer, como postulan algunos autores, sí que ha observado en sus trabajos diferencias claras según los sexos. Lo que más le ha llamado la atención, dice, es que "mientras que los niños prestan más atención a los objetos, las niñas se muestran más interesadas por las personas".(...)
En uno de los estudios realizados por Montague se exhibía ante la mirada atenta de bebés de seis meses una cara triste que había estado oculta tras una cortina; se cerraba después la cortina y se volvía a abrir para mostrar una cara alegre. Y así alternativamente, varias veces. "En un principio los bebés sólo observaban con atención, pero luego empezaron a mimetizar los gestos, alegres o tristes, de la cara expuesta. Esto significa que la interacción visual es un elemento clave para su desarrollo cognitivo. El seguimiento de la mirada es un importante factor para adentrarnos en la mente de los bebés, puesto que ni la acción motora ni la verbal están desarrolladas. Toda la información que les va llegando a través de los ojos en torno al primer año de vida les ayuda a interpretar lo que les rodea y a interesarse, más o menos, en función de sus habilidades y preferencias", sostiene Csibra, cuyos estudios han sido publicados en revistas científicas como Journal of Cognitive Neuroscience, British Journal of Developmental Psychology o Progress in Brain Research.(...)
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